Tienes un problema: una zarpa maldita, infecta, contaminada; como tu.
Parece mentira que tal insignificante parte del cuerpo, a la que apenas dedicamos unos miserables momentos en nuestras vidas, pueda martirizar tanto a una persona.
Menos mal que es un infierno pasajero, y tarde o temprano, la rabia, la zarpa y tu mala ostia, acabaran por irse.
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