Es muy triste comprobar realmente lo despreciable que es la gente. Llevamos dos días en la calle (matizaré que por causas ajenas a nosotras) y la gente pasa por tu lado, y a pesar de la cara inocente de niñas que tenemos, tienen miedo a mirarnos, giran la cabeza. Ahora comprendo mejor lo que siente las personas que viven en la calle, que ya tienen bastante con la soledad y el frío del paso del tiempo, que encima tienen que soportar la estupidez humana, que lejos de ayudar, ignora.
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