lunes, 13 de agosto de 2012

Game over

A estas alturas puedo decir que es la experiencia más dura de toda mi vida. Estoy perdida por las calles del mundo sin más ayuda que mi ingenio y la buena fe de dos personas contadas. Quien no arriesga no gana, pero hay que tener en cuenta que a veces se pierde, y que la derrota es muy agónica. 

Tristeza ajena

Es muy triste comprobar realmente lo despreciable que es la gente. Llevamos dos días en la calle (matizaré que por causas ajenas a nosotras) y la gente pasa por tu lado, y a pesar de la cara inocente de niñas que tenemos, tienen miedo a mirarnos, giran la cabeza. Ahora comprendo mejor lo que siente las personas que viven en la calle, que ya tienen bastante con la soledad y el frío del paso del tiempo, que encima tienen que soportar la estupidez humana, que lejos de ayudar, ignora.

Oscuridad infinita

La angustia se apodera de mi tal y como lo hace con una persona que ve cerca el final del camino.
La oscuridad de la zona me abruma y por más que intento pintar de luz la escena, no lo consigo.
No quiero estar aquí, no tengo porqué estarlo. Cuando desaparece la agonía de mi cabeza y puedo pensar con claridad, hecho las lagrimas de mis ojos y les digo que no vuelvan , que no me voy a rendir tan fácilmente. 

domingo, 12 de agosto de 2012

Reflexiones

Aunque las cosas no acabaron como yo quería, no me quejo, la historia se queda con un final diferente, original, que le da un toque exótico, curioso y difícil de olvidar.