Llega un momento que asimilamos el ciclo y nos damos cuenta
de que todo por lo que luchamos y sufrimos es por un segundo de gozo, un placer
efímero.
Si eres afortunado, encontraras la relación, el fallo. Es
evidente que no se puede sacrificar toda una existencia por un segundo. Aún así
hay placeres que por breves que sean, compensan.
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