jueves, 4 de noviembre de 2010

A medias

Caminos que inesperadamente se van juntando cada vez más. La verdad, no creo en el destino. Cada persona se forja el suyo.
Yo, por ejemplo, era una persona incompleta en este mundo. No me faltaba de nada, pero podía pedir más.
Un día aparentemente como cualquier otro, apareciste. En mi cabeza ya tenias un lugar, pero me faltaba ubicarte en un contexto. Ese contexto me lo trabajé yo. Te traje a mi terreno, donde yo jugaba con ventaja.
La jugada era clara. Con unas cuantas palabras y bastantes más carcajadas, caerías rendido a mis pies. El tiempo pasó y la cosa se complicó. Se giró la tortilla. Ahora soy yo la que con cuatro palabras y seis o siete locuras, estoy a tus pies, desorientada y más incompleta cada día.
Lo peor de todo es que ahora no puedo escribir el final. Simplemente no tiene. Lo que no sé es si quiero escribirlo o simplemente seguir siendo un ser incompleto y medianamente feliz.

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