miércoles, 29 de septiembre de 2010

Para qué he vivido- Bertrand Russell

Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente intensas, han gobernado mi vida: el ansia de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad. Estas tres pasiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para allá, por una ruta cambiante, sobre un profundo océano de angustia, hasta el borde mismo de la desesperación.

He buscado el amor, primero, porque conduce al éxtasis, un éxtasis tan grande, que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi existencia por unas horas de este gozo. Lo he buscado, en segundo lugar, porque alivia la soledad, esa terrible soledad en que una conciencia trémula se asoma al borde del mundo para otear el frío e insondable abismo sin vida. Lo he buscado, finalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniatura mística, la visión anticipada del cielo que han imaginado santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo que -al fin- he hallado.

Con igual pasión he buscado el conocimiento. He deseado entender el corazón de los hombres. He deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de aprehender el poder pitagórico en virtud del cual el número domina al flujo. Algo de esto he logrado, aunque no mucho.

El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el cielo. Pero siempre la piedad me hacía volver a la tierra. Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturadas por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente aliviar el mal, pero no puedo, y yo también sufro.

Ésta ha sido mi vida. La he hallado digna de vivirse, y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciese la oportunidad.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Invasión

Un momento, un instante concreto, un segundo. No me hace falta nada más para cubrirme de pensamientos. Cosas sin sentido vagan dentro de mi, sin significado aparente, pero tengo que aprender a convivir con ellas, al fin y al cabo, constituyen mi ser

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Escúpelo

Hoy es un día de esos. De esos en los que las palabras fluyen en un continuo flujo.
Es una perfecta armonía entre pensamiento irracional y sentimiento desbocado.
Lo llevas dentro, y necesitas sacarlo. Y que mejor manera de entenderlo que plasmándolo en un papel y asimilarlo. Nadie te puede comprender mejor que tú mismo, y es más si no te entiendes a ti mismo, nadie te podrá comprender.

Recapacita.

martes, 14 de septiembre de 2010

Dicen que el chocolate es un buen sustituto del sexo

Esta noche me he comido un croissant de chocolate. Tal vez esperaba que al repetir una pequeña acción de la noche de ayer, se repitiera la noche entera; y así poder volver a leer tus palabras, y reír y disfrutar con ellas.
No es que con eso me conforme, pero por ahora, es todo a lo que aspiro, y me contento.
Eso si, seguiré soñando con que la noche perfecta pueda ser mañana, quien sabe. Mientras tanto seguiré comiendo croissants de chocolate, por si a caso.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Cansada?

Estoy cansada. Cansada de estar siempre en casa. Cansada de salir. Cansada de llorar. Cansada de reír. Cansada de escuchar voces. Cansada del silencio. Cansada de la gente. Cansada de la soledad. Cansada de ver siempre lo mismo. Cansada de tener que cambiarlo. Cansada de ti. Cansada de mi.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Gozo efímero

Los ojos te brillan, las palabras se atascan, no quieren salir. Los pequeños sonidos que logras articular, son ridículos. El corazón te da un vuelco. Parece que no quiera estar más dentro de ti. Te recorre un escalofrío por todo el cuerpo y la piel se vuelve más piel aún. Logras sacar todos los pensamientos de tu cabeza. Vuelas. Es un estado de éxtasis sensorial, donde nada ni nadie te importa los más mínimo. Es una visión introspectiva. Es algo fuera de lo normal. Un placer.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Vacío

Allí estabas tú, mirando fijamente el horizonte. Estabas ausente, parecía que nada de lo que ocurría a tu alrededor te importara, ni si quiera yo.

Allí estaba yo, mirándote a ti, fijamente. Estaba ausente, parecía que nada me importara, solo tú.

Allí

Deja de mirar a tu alrededor, y mira dentro de ti, en lo más profundo.
¿Lo ves? ¿No verdad?. Pues sigue buscando. Cuando lo encuentres, sácalo, y presta atención, tiene algo que decirte. Verdades. Verdades que son tan dolorosas que tu cuerpo las evita solo para no tener que perder su corto y valioso tiempo curando tus estúpidas heridas.
Por eso las guarda allí, donde muy pocos son capaces de mirar. Tal vez por miedo o simplemente porque están demasiado ocupados pensando en cosas aparentemente más importantes... las hipotecas y eso.