Nuestro estado de ánimo no altera el transcurso de la vida pero sí nuestro camino. Las calles siguen un ritmo convulso que ahoga nuestros pensamientos en un limbo emocional, obstaculizando nuestros pasos. Les importa bien poco que estemos o que no, no nos necesitan para seguir siendo.
Abre los ojos, si te fijas en aquello que normalmente pasa inadvertido apreciarás la miseria del ser humano.
Nos rodea un colchón de despojos que no nos molesta porque sirve para amortiguar nuestro día a día, para que nuestra pena sea menos pena. El colchón que nos convierte en conformistas.
Cuando te lo quitas de encima te das cuenta de que un día tuviste trabajo y que no sabes porque lo perdiste, posiblemente por causas ajenas a ti, porque alguien quería más, y eso significaba que tú tuvieras menos, y ese menos se convirtió en nada.
Que nada es lo que tienes en la barriga y que lo único que te sobra es hambre.
Que no sabes cómo hemos llegado a esta situación.
Que te tapas los ojos porque cada vez que miras duele.
Que cuando todo te falta sólo quedas tú y ahí es donde empieza tu grandeza.
Ser. Y para ser tienes que pinchar el colchón del conformismo y empezar de nuevo. Tomar parte activa en tu vida. LUCHAR. Porque al fin y al cabo el único pobre es el que no lucha por su libertad.
Abre los ojos, si te fijas en aquello que normalmente pasa inadvertido apreciarás la miseria del ser humano.
Nos rodea un colchón de despojos que no nos molesta porque sirve para amortiguar nuestro día a día, para que nuestra pena sea menos pena. El colchón que nos convierte en conformistas.
Cuando te lo quitas de encima te das cuenta de que un día tuviste trabajo y que no sabes porque lo perdiste, posiblemente por causas ajenas a ti, porque alguien quería más, y eso significaba que tú tuvieras menos, y ese menos se convirtió en nada.
Que nada es lo que tienes en la barriga y que lo único que te sobra es hambre.
Que no sabes cómo hemos llegado a esta situación.
Que te tapas los ojos porque cada vez que miras duele.
Que cuando todo te falta sólo quedas tú y ahí es donde empieza tu grandeza.
Ser. Y para ser tienes que pinchar el colchón del conformismo y empezar de nuevo. Tomar parte activa en tu vida. LUCHAR. Porque al fin y al cabo el único pobre es el que no lucha por su libertad.
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